El vertido cero es hoy día una realidad cada vez más valorada en la gestión de los residuos que producen las diferentes empresas. Las directivas europeas, así como una mayor concienciación medioambiental y al aumento de los costes en la eliminación de los residuos, está impulsando la importancia de la consecución de Vertido Cero en todos los procesos industriales- comerciales.
Qué es y qué ventajas tiene el vertido cero
La definición de Vertido Cero ser refería inicialmente al proceso en el que se pretendía recuperar el agua de los procesos industriales. La mayor parte de las industrias utiliza agua en su proceso de producción y genera aguas residuales. Esas aguas residuales se pueden someter a un tratamiento de aguas residuales, que luego será dedicado a usos urbanos, industriales, agrarios o ambientales.
Hoy con la aplicación de la Economía Circular, el término se ha ampliado incluyendo la gestión de todos aquellos residuos gestionados por las empresas para que se incluyan en procesos de reciclaje, reutilización y valorización, pudiendo reducirlos al máximo y evitando que se destinen a eliminación en los vertederos.
Ventajas del Vertido Cero
En línea con esto, desde la Comisión Europea se establece la utilización eficaz de recursos como estrategia en el camino hacia una economía más eficiente, permitiendo de este modo mejorar los resultados económicos, impulsar la innovación, garantizar el suministro de recursos y reducir el impacto medioambiental.
Al apostar por el vertido cero, estamos reduciendo el consumo de agua, el impacto negativo en nuestro entorno y los costes de explotación.
Los beneficios del vertido cero son muy variados. Sin ir más lejos, el ahorro económico en la gestión de residuos externa también reduce la carga fiscal que el vertido representa para las organizaciones, así como el riesgo de sanciones por incumplir la normativa o los costes de consumo de reactivos químicos.
Se consigue, en definitiva, simplificar el proceso de explotación. Se reduce el espacio destinado a la gestión de residuos, se consigue más flexibilidad y se aumenta la automatización. En el marco de la economía circular, la regeneración y reutilización del agua es una herramienta esencial en la reducción de los consumos y la preservación de un recurso tan valioso.
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