5 Ventajas de aplicar el VERTIDO CERO en tu Industria

En los últimos años el término Vertido Cero se ha ampliado a todos aquellos residuos que genera una empresa, incluyendo en su acepción todo aquello que se relacionara con la recuperación y reutilización en el sector industrial.

Realmente hablaríamos de todos aquellos efluentes líquidos que son generados por la actividad industrial y que en mayor o menor medida contienen algún tipo de contaminante que exige su gestión y tratamiento. La mayor parte de las industrias utilizan aguas en sus procesos productivos, generando por ello grandes cantidades de agua residual tras su uso.

Cero descarga de efluentes industriales

El Vertido Cero se concretaría en el uso de técnicas y procesos para la reutilización total de las aguas residuales procedentes de la industria; aguas que por normativa medioambiental no pueden ser vertidas sin un tratamiento previo. En definitiva, un proceso dirigido a la recuperación del agua y la minimización o valorización de los residuos. El agua recuperada pasa entonces a su uso urbano, agrario, industria, ambiental o incluso recreativo.

El Objetivo de este proceso es disminuir el consumo de agua y la cantidad de residuos que han de ser gestionados externamente lo que se ve traducido en una serie de ventajas que hemos querido resumir aquí en 5 puntos:

  1. Ahorro del consumo de agua de red por parte de la empresa productora. En muchos casos, al tratar el agua utilizada, se puede volver a reutilizar en la misma industria ahorrando los costes del consumo de nueva agua.
  2. Se reduce la gestión de residuos líquidos disminuyendo así el impacto medioambiental, su transporte y el posible riesgo de vertidos.
  3. Además se preserva el agua de los acuíferos cercanos y se contribuye a su recuperación, reduciendo el vertido de residuos y contaminantes a los cursos naturales del agua.
  4. Compromiso con la sostenibilidad y la gestión medioambiental de la empresa, mejorando no sólo en entorno sino la sensibilidad ambiental de todos los que trabajan en la empresa y con los que ésta interactúa.
  5. Ahorro económico en la fiscalidad del vertido. Y por supuesto… el ahorro económico en posibles sanciones administrativas por no adecuar la realización del vertido a la normativa.