En los últimos años, causado por la crisis y la necesidad de supervivencia del mercado, han surgido una serie de malas prácticas en algunas empresas que tienen como principal objetivo el ahorro de gastos y obtención del mayor beneficio económico. Todo, pasando por alto las consecuencias de esta mala gestión para la salud y el medio ambiente.

  • Residuos que deben tener la consideración de peligrosos dejan de tenerla, otros se gestionan en locales e instalaciones que no cuentan con las autorizaciones pertinentes e incluso se almacenan en lugares no adecuados para ello.
  • Se falsea la documentación, cambiando la información de los documentos de control y seguimiento.
  • Ejercer la actividad de residuos, tanto peligrosos como no peligrosos, sin la correspondiente autorización administrativa.
  • La mezcla y clasificación de residuos con aquellos menos peligrosos para rebajar la peligrosidad y los efectos negativos.
  • El transporte, compra y venta de residuos, tanto peligrosos como no peligrosos, sin documentación que asegure la trazabilidad tanto de origen como de destino.
  • La gestión sin control de los diferentes residuos

Mala gestión de los residuos, realizando su eliminación de forma incorrecta y causando daños en el entorno y el medioambiente está generando una mala imagen en el sector que se resiente por ello. Cualquier tipo de residuo que genere una empresa, puede alterar gravemente nuestro ecosistema. Por ello se requiere para su tratamiento de especialistas que puedan reciclar, reutilizar o destruir los residuos generados bajo un control exhaustivo.

Por todo esto, es crucial la elección de la empresa correcta de gestión de residuos que cumpla con todo el reglamento, dado que incurrimos en delitos y sanciones muy graves ante la administración pública si se cometen malas prácticas. Además de hacer un daño irreparable al medio ambiente, del que somos directamente responsables.