Actualmente nos encontramos en un momento donde la actividad legislativa en materia de sostenibilidad y medioambiente es muy dispar, e incluso en ocasiones tiene la puerta abierta a ciertas interpretaciones. Todo esto lleva a situaciones de divergencia y es necesario avanzar para estandarizar leyes en materia de gestión de residuos y más en concreto del plástico. 

¿En qué consiste la nueva ley de residuos?

La Ley 7/2022, del 8 de abril, de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, ha supuesto un cambio significativo en el consumo, promoviendo la eficiencia de los recursos y fomentando tanto la reutilización como el reciclaje de los materiales más usados del día a día.

La limitación del uso del plástico ha sido lo que más ha llamado la atención de la nueva ley de residuos, siendo precisamente mal etiquetado como uno de los materiales más contaminantes. Ya que el plástico tiene unas características de durabilidad excelentes, lo que le permite ser más eficiente y menos contaminante, a la vez de reutilizable y reciclable.

Objetivos de la nueva ley de residuos

La finalidad de esta nueva ley es mejorar la gestión y reducir la cantidad de residuos producidos por el crecimiento económico y la actividad humana, poniendo en marcha medidas de prevención en la política de residuos, que se traducen en su reducción hasta en un 15% en 2025, con respecto a aquellos que se generaron en la pasada década.

Esto hace que, tanto empresas como fábricas, es decir, el sector de la industria, se vean obligadas a adoptar acciones y cambios necesarios para una mayor sostenibilidad y menor impacto medioambiental.

¿Qué limitaciones existen en el uso de plásticos?

Esta ley de residuos abarca diferentes ámbitos, pero el más sonado ha sido, sin duda, el ámbito de los plásticos y sus respectivas limitaciones. En estas medidas, podemos encontrar restricciones a la hora de introducirlos, como impuestos establecidos sobre aquellos que no son reutilizables.

También entran en esta categoría todo tipo de productos de plástico de un solo uso, como vasos y sus respectivas tapas y tapones o los recipientes destinados a alimentos que vayan a ser consumidos en el momento de adquirirlos, que deberán ser reducidos hasta en un 50% en 2026 y un 70% en 2030.

Medidas de la ley de residuos para reducir el uso de plásticos

Para intentar fomentar el uso de alternativas en otro material, desde el 1 de enero de 2023, su distribución gratuita está prohibida, haciendo necesario cobrar un impuesto que grava: 

  • La fabricación, la importación y la adquisición intracomunitaria de
    envases no reutilizables que contienen plástico.
  •  Los productos plásticos semielaborados hechos para la obtención de envases, tales como las preformas o las láminas de termoplástico.
  •  Los productos que contienen plástico destinados a permitir el cierre, la comercialización o presentar los envases.

La base imponible viene dada por la cantidad de plástico no reciclado que contengan los productos. Esta cantidad de plástico deberá ser certificada por una entidad acreditada para este fin y el tipo impositivo del gravamen será de 0.45€/KG.

También hay que tener en cuenta las posibles deducciones o exenciones, relacionadas con productos plásticos empleados en medicamentos o productos sanitarios. Además de aquellas adquisiciones intracomunitarias de envases cuyo contenido de plástico no reciclado no exceda de 5kg en un mes.

Reciclaje y gestión de residuos plásticos

El plástico ofrece infinitas posibilidades y debemos ser conscientes que en los tiempos que corren no podemos prescindir de él. El plástico tiene la característica de ser un material reutilizable y con alta capacidad para ser reciclado y, además, su durabilidad cada vez es mayor de la mano del ecodiseño, lo que hace que lo podamos etiquetar como un material “amigable con el medio ambiente”. Por este motivo debemos verlo más como un recurso que como un residuo.

Para la producción de polímeros es necesaria menos energía y se ahorra en su transporte debido a su reducido peso, además una vez terminada su vida útil pueden ser valorizados a través del reciclado, (químico o mecánico) o su valorización energética.

Empresas como Acteco invierten todos sus recursos en dar y promover soluciones medioambientales a los problemas que nos generan los residuos y en este caso más en concreto, los residuos plásticos. Por medio de la continua investigación e innovación estamos consiguiendo:

  • Instalaciones más aptas para todo tipo de envases, sobre todo para solucionar la problemática del tamaño.
  • Características técnicas de los plásticos que faciliten su clasificación y, por tanto, su capacidad de ser reciclados.
  • Diseños y estructuras que vayan dirigidos a aumentar la vida útil de los productos plásticos.
  • Eliminar los componentes no reciclables como material principal.
  • Optimizar los procesos de reciclado de plástico de manera que se obtenga mayor cantidad de granza con un menor impacto ambiental, es decir, buscar la eficiencia.

La correcta gestión del plástico, acompañada siempre por la comunicación, es clave para conseguir acercarnos a la economía circular y adaptar el sector plástico a la estrategia europea. Del mismo modo es importante conseguir la concienciación de toda la sociedad para que lo dejen de ver un material nocivo y vean la cantidad de posibilidades que les ofrece un recurso como el plástico.

Mejorar el reciclaje de envases plásticos

Una vez sabemos cómo funciona la nueva ley de residuos y sus limitaciones a la hora de utilizar envases y productos plásticos, cabe destacar de igual forma la importancia de reciclar correctamente aquellos que utilizamos. Esto ayudaría a rebajar el impacto medioambiental de los mismos y optimizar el porcentaje de la tasa de residuos que se generan anualmente. Para ello, es fundamental mejorar la colaboración entre empresas privadas y administraciones públicas para reducir las limitaciones técnicas y alcanzar los objetivos medioambientales de forma eficiente.  Por otro lado, apostar fuertemente por la digitalización en el ámbito de la gestión de residuos es imprescindible, ya que nos permite optimizar aquellos recursos que tenemos disponibles y aumentar la productividad y el crecimiento (contenedores inteligentes, recogidas programadas, documentación telemática…etc.)

Para aumentar también la concienciación sobre la correcta gestión de los residuos, cumplir con la responsabilidad ampliada del productor y sobre todo dar una respuesta consensuada a la nueva legislación vigente, han aparecido numerosos sistemas colectivos de la responsabilidad ampliada del productor. Un SCRAP (sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor), es una organización sin ánimo de lucro, que en este caso pretende promover la correcta recogida, gestión y valorización de aquellos residuos que generamos. Cumplir de forma colectiva con el principio de “quien contamina paga” es su principal objetivo, que va ligado a otros más específicos, como son: 

  • La búsqueda de una economía circular.
  • La reducción de la huella medioambiental.
  • La cooperación entre los agentes intervinientes.
  • La transparencia en la gestión de los residuos.

De este modo, en Acteco desempeñamos un papel fundamental en el correcto reciclaje de residuos y fabricación de granza, contribuyendo a una mayor sostenibilidad medioambiental y a la reintroducción de productos reciclados, fomentando una economía circular.